De acuerdo con McGregor Mathers en el “Libro T”, el Dos de Espadas es la alegoría de:
<< … Paz restaurada, tregua, arreglo de las diferencias, justicia. Verdad y falsedad. Pena y simpatía por aquellos en dificultades, ayuda al débil y oprimido, ausencia de egoísmo. También una inclinación a la repetición de afrentas que han sido perdonadas una vez, a hacer preguntas poco oportunas en la ocasión, a la falta de tacto, y a menudo, a hacer daño cuando se quiere hacer bien. Habladora. >>
Pamela conoce a las diosas griegas de la justicia: Themis y Némesis. Temis, la del ‘buen consejo’, era la encarnación del orden divino, las leyes y las costumbres. Cuando se le hace caso omiso, Némesis trae el justo y colérico castigo. Temis no era colérica y presidía la correcta relación entre hombre y mujer, la base de la familia legítima y ordenada, la familia como el pilar de la sociedad. Némesis era la diosa de la justicia retributiva, de la venganza, el equilibrio y la fortuna. Su labor era la de mantener el equilibrio entre las cosas. Si un hombre era demasiado feliz o afortunado, los castigaba. Si un hijo desobedecía a su padre, también. Tanto en la desdicha como en la fortuna, la diosa tenía la labor de generar un equilibrio.
Pero la verdadera fuente de inspiración pàra el Dos de Espadas nace en “El Mercader de Venecia” de William Shakespeare. La historia es conocida: En el siglo XVI, en la ciudad de Venecia, un prestamista judío, Shylock concede un crédito a un comerciante cristiano, Bassanio, cuya devolución garantiza su amigo Antonio con una libra de su propia carne, pacto documentado. El judío odia a Antonio porque hace préstamos sin interés a diferencia de aquél. Cuando el deudor no puede cumplir el pago del préstamo, el judío reclama ante el tribunal presidido por el dux de Venecia que cumpla con la penalización del incumplimiento, y que pueda cortar la libra de carne del cristiano. Cuando Bassanio ofrece devolver el dinero, facilitado por su novia, Porcia, rica heredera, el judío lo rechaza. El juicio se celebra y se presenta Porcia, disfrazada de abogado al servicio de Antonio, y frente a la exigencia de que se cumpla el trato troceando a su cliente, invoca ante el dux la interpretación literal de su derecho, de manera que si va mas allá de la carne, y toca piel o sangre, el judío será reo de atentar contra un ciudadano veneciano; cuando Shylock, sabedor de que no prosperará cumplir con la fianza pactada, quiere el reembolso de su préstamo, Porcia aduce que ya rechazó el pago con dinero que se le ofreció para evitar el juicio, así que le acusa de planear el asesinato de Antonio, cuyas consecuencias solo puede evitar el judío cediendo la mitad de bienes al tesoro público y la otra mitad a Antonio, a lo que este añade la condición de que se convierta al cristianismo; Shylock se ve derrotado y acepta, mientras los demás retornan felices a su vida. En el Lyceum Theatre, Porcia es Ellen Terry, una de las mejores amigas de Pamela.
La idea de la Doble Espada, una teoría que desde el siglo V corretea por Europa, asegura que el poder de la iglesia, la moral, prevalece siempre sobre el poder político, la ética o la ley. Pamela no cree que la ley, por sí sola, sea justa. Para serlo necesita de Clemencia. Solo la clemencia permite el reestablecimiento de la paz (Swedenborg dixit). Pamela deja a la Justicia ciega (el vendaje de los ojos) y la enfrenta a dos poderes enfrentados entre sí: solo la Clemencia establecerá el equilibrio. En palabras de Shakespeare (habla Porcia):
<< La clemencia no quiere fuerza: es como la plácida lluvia del cielo que cae sobre un campo y le fecunda: dos veces bendita porque consuela al que la da y al que la recibe. Ejerce su mayor poder entre los grandes: el signo de su autoridad en la tierra es el cetro, rayo de los monarcas. Pero aún vence al cetro la clemencia, que vive, como en su trono, en el alma de los reyes. La clemencia es atributo divino, y el poder humano se acerca al de Dios, cuando modera con la piedad la justicia. >>
La existencia del mar al fondo permite conjeturar que Pamela estaba envuelta en alguna obra de Felix Mendelssohn: Félix, cuenta ella en una carta a Stieglitz, le trae el olor del mar, el color de la espuma de las olas, el principio del verano...
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