En el "Libro T" de McGregor Mathers, Pamela lee:
<< Demasiada fuerza aplicada a cosas pequeñas, demasiada atención prestada al detalle a expensas del principio y de los juntos más esenciales. Mal dignificada, estas cualidades producen malicia, pequeñez y cualidades dominantes. Paciencia en los detalles, gran facilidad en algunas cosas compensada por un grado similar de desorden en otras. Impulsivo, le gusta tanto dar como recibir dinero y regalos. Generoso, listo, agudo, egoísta y sin grandes sentimientos de afecto. Admira la sabiduría, pero la aplica a objetivos pequeños y carentes de valor. >>
Habla de Moina McGregor, su mujer, la que está ilustrando un tarot que jamás verá la luz...
En la Mitología griega, Aidos, compañera de Némesis (van juntas a todas partes), es la diosa de la Dignidad Humana, siendo su principal cualidad esa que reprime a las personas de lo inapropiado. También abarca esa emoción que una persona pudiente o adinerada puede sentir en la presencia de los pobres o de la pobreza, en la cual esa desigualdad material, sin importar si es una cuestión más de suerte que de mérito, es de todas formas inmerecido. Aidos es la última diosa en abandonar la tierra y regresar al Olimpo cuando la Edad de Oro (ese período que Hesíodo cuenta en el que la tierra era una especie de lugar paradisíaco) esté a punto de terminar en un baño de sangre e inmoralidad. Justo antes de que la Historia (con mayúsculas) comenzara.
Aidos, a diferencia del resto de dioses del panteón griego, es una diosa de la que se describe poco. No hay cuadros, ni pinturas ni estatuas de Aidos. Aidos es una verdad que debe ser encontrada. Aidos es aquello que está ligado de forma adecuada en su lugar correcto. Una especie de situación justa, ecuánime, más allá de la moral, la ética y otras zarandajas intelectuales o culturales.
Pamela descubre lo que es la Verdad Interior de Aidos en la quinta entrada del coro en la versión que el Lyceum Theatre hace del “Edipo Rey” de Sófocles dirigida por el fabuloso Adolphe Appia. Ahí se pueden encontrar a Tiresias, el Adivino, en acción. Y la Esfinge, y Edipo matando a su papá…. Según el montaje de Edward Gordon Craig, el escenógrafo habitual del Lyceum Theatre en los tiempos de Pamela, con el que aprendió a dibujar decorados y trampantojos variados, y que participó como ilustrador en “The Green Sheaf”, la revista de poesía e ilustración que editó Pamela, el coro lo forman las diosas de la justicia, Temis, Némesis y Aidos. Aidos, explica Gordon Craig, es la diosa de valores femeninos victorianos: la vergüenza o conocimiento consciente de desgracia, deshonor o algo peor; la modestia entendida como esa virtud que premia a la persona que ni tiene ni muestra una alta opinión e sí misma; respeto, en el sentido de reconocer a alguien que tiene mayor valor u ocupa una posición más elevada y humildad, esa capacidad para restar importancia a sus propios logros. Swedenborg le ha enseñado que esa actitud solo conduce a su alma, cuando muera, hacia un desierto de horror superpoblado de aburrimiento. Y ella es Swedenborgiana.
Pamela, que desde que llegó a Inglaterra a la muerte de su padre, asiste a charlas con las feministas británicas de la Primera Ola, Ellen Terry está entre ellas, está convencida de que Aidos, esa verdad, no puede darse en las actuales circunstancias. Que la barbarie, la inmoralidad, la misoginia feroz y la sexofobia de los victorianos, imposibilita que Aidos, esa Verdad Interior, aflore o pueda expandirse. Deberá escapar, pero ¿a dónde?
Esta crisis conduce a Aidos, diosa de la justicia y, por lo tanto, con los ojos vendados, a estar encadenada. La verdad interior no puede salir a la superficie, en las circunstancias de misoginia enajenada en los que vivía… Así que relee el "Libro T": es solo el punto de vista de Samuel Liddell hacia otra persona, es solo su opinión, pero no es la verdad.... Este Ocho de Espadas es la respuesta a lo que afirma la descripción de Samuel McGregor... mientras tanto, Beethoven...
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