Los Mitos en el Tarot: POSEIDÓN


<< Conduciendo su carro a través del mar, Poseidón, dios de los océanos y de los caballos, encarna los dos antiquísimos símbolos del inconsciente: el caballo y el agua. El agua siempre ha evocado en el hombre el misterio infinito, posibilidades infinitas y peligros infinitos de nuestra conciencia fluida. Al carecer de forma predeterminada propia, está en constante movimiento, nunca cambia y, sin embargo, nunca es la misma en dos momentos sucesivos. Y el caballo personifica en su primitiva potencia los impulsos instintivos de nuestra naturaleza bruta. Poseidón era el más primitivo de los dioses, el que hacia temblar la tierra, el dios de las tormentas y de los terremotos, de la devastación repentina de los maremotos. Los peligros se desatan cuando brotan las fuerzas yacentes que están bajo la superficie de la conciencia. >>

ARIANNA STASSINOPOULOS, “Los Dioses de los Griegos”


El que mueve la tierra y el vacío mar

el gran dios del agua… el que hace temblar la tierra

a quien los dioses doblan sus honores,

eres el que controla los caballos,

el salvador de los barcos.

¡Hola, Poseidón!

Portador de la tierra, dios de pelo oscuro y feliz, benévolo es tu corazón.


HOMERO, “Himno a Poseidón”



EL MITO



 Poseidón (Neptuno para los romanos) es el dios griego del mar. Se le representa como un hombre poderoso con barba, parecido a Zeus y con un tridente. Tiene mal carácter, es violento, vengativo, destructivo y peligroso, es el dios al que acompañan la tempestad y la turbulencia. Pero también puede ser el mar en calma: las tormentas cesaron al instante cuando Poseidón condujo su carro de oro tirado por sus caballos blancos de doradas crines sobre las olas y los monstruos marinos retozaron a su alrededor. Sus principales animales simbólicos son el toro y el caballo.

Poseidón es uno de los hermanos deglutidos de Zeus. En el reparto de reinos, Zeus asigna el mar a Poseidón. Poseidón no estaba contento con su parte, también quería tener un pedazo de tierra sobre el que reinar. Compitió contra dos de sus hermanas, Atenea y Hera, por algunas ciudades, perdiendo en ambas ocasiones. Pero Poseidón es un mal perdedor, así que inundó o destruyó las ciudades por las que competía. Zeus se ve obligado a mediar para evitar males mayores. En su disputa con Helios sobre Corinto tiene algo más de suerte: consigue el istmo y Helios acepta la acrópolis. Poseidón también dirige un complot contra Zeus con el fin de derrocarle del trono al que él mismo se ha subido, pero fracasa.

En el amor no le va mucho mejor. Compite con Zeus por el amor, por llamarlo de alguna forma, de una diosa marina, Tetis. Pero al saber de la profecía que vaticina que Tetis tendría un hijo varón que superaría en valor, nobleza, coraje y reconocimiento a su padre, ambos renunciaron a sus deseos y arreglan el matrimonio de la diosa con un hérore mortal, apuesto, simpático, valeroso ,Aquiles. Después trata de seducir a Anfititre, diosa antigua marina del Mar Tranquilo. Anfititre desprecia las toscas maneras de Poseidón. Poseidón se enfada, se siente orgullo en sus sentimientos, alguien desprecia sus sentimientos, blablabla. La viola. Ella huye y se esconde en el Monte Atlas. Gracias a Delfín, una deidad acuática menor, reestablece relaciones más o menos sanas con Poseidón y se casa con ella. Tiene dos hijas y un hijo con ella...

Poseidón, como Zeus, es una especie de Lúbrico Crónico sin autocontrol. Anfititre es celosa como Hera. Y ambas van contra la rival. Anfititre es responsable directa de haber convertido a la Bella Escila, en un monstruo de seis cabezas que ladraban, cada una de ellas con una triple hilera de dientes, y con doce patas. Ella es la responsable de que la mirada de Medusa, antes dulce y sensual, se convierta en la mirada mortal, la que le reemplaza una abundante cabellera negra por serpientes que se agitan después de saber que Poseidón había practicado con ella ciertas prácticas sexuales en el templo de su hermana Atenea. Poseidón también deseó a Deméter cuando ella, enloquecida de dolor y tristeza, vagaba por los campos y los bosques buscando a su Hija Secuestrada, Perséfone. Ella se convierte en yegua y se esconde en una manada de caballos. Él se transforma en semental y la viola. Pero… ¿pidió usted ayuda? ¿gritó? ¿por qué no cerró las piernas? No tiene heridas ni magulladuras, ¿debemos creerla, diosa Deméter? ¿por qué en yegua y no en cucaracha o escarabajo? ¿qué pretendía realmente convirtiéndose en yegua?…. Sí, amigxs, la cultura de la violación está en el arquetipo de Zeus, de Poseidón, de Hades...

Como dios rencoroso, Poseidón no tiene rival. Su odio hacia los troyanos es tal que interviene a favor de los griegos, desobedeciendo un mandato expreso de Zeus. Su odio nace en una época temprana, cuando aún son jóvenes y fuertes. Laomedonte, contrata a Poseidón y Apolo para construir las murallas de Troya. Ambos terminan su trabajo divinamente, pero cuando llega el momento de pagar, Laomedonte se niega porque considera que el trabajo no está a al altura de lo que se espera de dos dioses. Poseidón se vengó “hasta la segunda y la tercera generación”, frase que más tarde hará suya el Yahvé del Antiguo Testamento, definiendo un cierto tipo de venganza.

El rey Minos de Creta, le pide a Poseidón un toro para un sacrificio. El toro que envía el bueno de Poseidón es tan extraordinario que Minos decide conservarlo en lugar de sacrificarlo, tal y como había prometido. Poseidón monta en cólera o en ira y maquina una terrible venganza. Parsifae, la esposa de Minos, cae bajo un embrujo de Poseidón, y se derrite sexualmente por ese toro hasta el punto de hacerse construir un armazón de madera con forma de vaca en la que ella espera, mugiendo lascivamente, el infatigable falo de ese animal. De esta práctica zoofílica nace el Minotauro, ese monstruo que es medio toro y medio hombre, que es encerrado en el centro de un laberinto… 

Poseidón también hizo cosas distintas a vengarse, pero no son demasiado reseñables. Tiene un lado pacífico o tranquilo, eso que parece mar en calma… según el mito, en esas encalmadas, Anfititre somete a Poseidón y gobierna o calma o atempera al dios...


EL ARQUETIPO



¿Recuerda ese día en el que armado con un bote de pintura verde fluorescente dibujó un pene de tamaño descomunal en el lateral del flamante y reluciente BMW del que sabía que era su jefe hasta que, sin demasiadas formalidades, decidió despedirle?  Ahí, está Poseidón, el que peor gestiona sus emociones…

La partre vengativa del arquetipo está clara, pero no es interesante. Lo interesante es el Mar, el Mar…

El mundo submarino de Poseidón no se puede ver desde el monte Olimpo. No aparece descrito en ningún texto. Ni Homero ni Hesíodo describen nada al respecto. El acceso a las profundidades emocionales es un aspecto poco apreciado en las mentes de los hombres y está desvalorizado y reprimido en las culturas patriarcales. Resta virilidad, provoca debilidad y otros afeminamientos peligrosos, dice Zeus. 

La densidad y profundidad de las aguas en las que se sumerge Poseidón forman parte del arquetipo. Las aguas subterráneas, ni expresadas ni visibles, los ríos emocionales que fluyen ocultos bajo la tierra, simbolizan cierto grado de introversión emocional y profundos sentimientos de rechazo o tristeza que van más allá de lo tolerable. El propio Poseidón presenta una intrahistoria interesante y perturbadora: Mi hermano mayor, Zeus, mató a mi padre que, por cierto, ya se había deshecho de mi abuelo Urano antes. Somos una familia de parricidas. Yo soy el segundo de una familia de tres. Las chicas van por otro lado. Mi padre nos devoró cuando nacimos. Mi hermano nos liberó y se convirtió en nuestro padre postizo, en el jefe de todo esto. No he podido llorar la muerte de mi padre. Ni siquiera se si mi padre merece una lágrima o no. Ni siquiera se qué es esta frustración que llevo dentro, esta especie de rabia, de estar atento a cualquier pequeño desafío y considerarlo un agravio. No se el porqué de estos ataques de enajenación mental transitoria, pero ¿a quién contarle esto? ¿cómo expresar que no estoy enfadado con mi padre ni con mi hermano, que solo siento nostalgia, melancolía, cierta tristeza?… Que soy así, ok. Pero no me gusta. Yo querría tener mi islita pequeña, un sitio para retozar con alguna ninfa, ondina, sirena… Nadie comprende este dolor esquizofrénico, esta turbulencia, este tormento…

Poseidón, es el Gran Buzo, es una metáfora para describir, aunque sea superficialmente, al hombre o la mujer que pueden adentrarse mucho en el reino de los sentimientos y de las emociones, acceder a lo que se encuentra en Lo Profundo, el espíritu y la tristeza, el gran silencio, la oscuridad, el frío, las criaturas abisales de aspecto terrorífico, la desolación de las profundidades oceánicas, y salir indemne o más fortalecido… Allí, en Lo Profundo, hay un sentido de inmensidad y abismo mucho mayor de lo que jamás podremos llegar a conocer. 

La persona que es ajena a su naturaleza de Poseidón, cree ingenuamente ser Zeus o alguien a su altura, es fácilmente reconocible cuando está borrachx: entra en profundidades insondables en los que la frustración, el desencanto, la tristeza habita, y llora o se hunde en un silencio espeso o participa en peleas o rompe objetos o golpea a quienes le rodean. 

La metáfora positiva del Buzo de Profundidades del arquetipo Poseidón, se encarna en poetas, dramaturgxs, novelistas, compositorxs, instrumentistas, pintorxs o psicoanalistas que son atraídos, una y otra vez, a adentrarse cada vez más hondo en el reino profundo de las emociones, donde conectan con la profundidad humana colectiva.  

El hombre Poseidón siente una inclinación a “ser alguien importante”. Sin embargo, un Poseidón arquetípico carece de la personalidad, del pensamiento estratégico y de la fuerza de voluntad necesarios para que un patriarcado de padres celestiales tenga éxito y forme un “reino”. Su lucha en los negocios puede asemejarse a la del dios Poseidón, que perdió repetidamente territorios que estaban en discusión frente a otras deidades, que fue humillado públicamente y que reaccionó con ira. 

Poseidón no sabe perder; los poseídos por él, tampoco, como los hombres que no entienden las reglas que apartan de ellos la propiedad y el honor y no saben perder con elegancia. Poseidón reacciona con rabia. En general, Poseidón provocaba un terremoto, un par de maremotos y asunto resuelto. Los poseídos por Poseidón se ven inundados por emociones y sentimientos destructivos que, mal canalizados, conducen a la autodestrucción. 

Si un hombre así no es capaz de establecerse en el mundo, el hogar es el único dominio donde él es el rey.


EL TRIDENTE 



El símbolo del Tridente es un símbolo fálico que junto al significado de Poseidón, Esposo de la Tierra, le sitúa como dios preolímpico y consorte de la Gran Diosa y sus tres aspectos: doncella, madre y anciana. El tridente de Poseidón es el triple falo simbólico, que representa su función como compañero de la Triple Diosa. Al igual que sus dos símbolos del reino animal, el caballo y el toro, el tridente es una afirmación de su sexualidad y fertilidad, aunque es más abstracto.

El portador del tridente es potente sexualmente, capaz de engendrar. 

Este engendramiento no está limitado específicamente al aspecto femenino de dar a luz hijos a la Diosa como Madre, sino que puede extenderse a la Diosa Doncella, virginal, intacta e inocente y a la Diosa Anciana, la mujer sabia. 

Vivido en su forma arquetípica extrema, esta indiscriminada, promiscua, sexual y psicópata masculinidad está encarnada en los hombres que no hacen distinciones entre las mujeres jóvenes y las mayores. En una relación interpersonal en el que el vínculo usa la palabra “amor” o “compromiso”, el portador del tridente es un hombre que es esposo de la doncella, de la madre y de la mujer sabia, que aparentemente coexisten en su esposa. Como su compañero en una relación de por vida, es el esposo de la doncella cuando se casaron, luego de la madre de sus hijos y en la vejez, de la anciana en la que ella se convierte. Poseidón, como todos estos dioses olímpicos, no es especialmente fiel.

En su aspecto más abstracto, Poseidón es el esposo de la Tierra, como el dador de la humedad vital que necesita la tierra para ser fértil. Representa el agua subterránea y, al igual que Poseidón golpeó la tierra para hacer manar agua (en su enfrentamiento con Atenea, clavó su tridente en la tierra para hacer una fuente de agua salada), el tridente representa el poder para conectar con esta fuente.

La esfera de Poseidón es el reino de las emociones y el hombre cuyo arquetipo es Poseidón está directamente en contacto con sus instintos y sentimientos, que expresará espontánea e inmediatamente si es extravertido y que puede albergar en su interior, si es introvertido.

Un niño que ha tenido que reprimir sus emociones por temor a un padre punitivo puede aprender a enmascarar sus sentimientos. Pero éstos seguirán siendo intensos, sólo que estarán encerrados. Compartirá las cualidades de las aguas tranquilas subterráneas de un Poseidón, que puede mantener la calma en la superficie y, sin embargo, albergar turbulentos sentimientos o eso que se llama Mar de Fondo. Si el muchacho Poseidón no ha sido criticado por su espontaneidad y emotividad en su hogar, seguro que encontrará desaprobación en la escuela. Él, sus emociones y sus cosas parecen salpicar a los demás y molestarles...

Un Poseidón afortunado es el que nace en una familia que encaje con su temperamento, una familia que acoge bien las emociones, el drama, las lágrimas y la risa y que demuestra físicamente su afecto. Este hogar también tolerará el desorden que se produce cuando varios individuos hacen muchas cosas diferentes, las dejan en varias fases de finalización y no “llegan a tiempo”. Si esto describe a su gente y su hogar, entonces Poseidón se estará educando en una atmósfera familiar que acepta y aprueba su personalidad. Pero es posible que no le ayude a adaptarse a las exigencias del mundo exterior, lo cual descubre inmediatamente cuando tiene que ir a la escuela...

Algunos niños Poseidón nacen en familias que no expresan sus sentimientos, ni son espontáneas o dan muestras de afecto, y en su lugar valoran las maneras, la inteligencia, la obediencia, el orden, el finalizar las tareas y recogerlo todo una vez terminadas. Un niño así es como un pez fuera del agua En un hogar semejante, puede que siempre le estén reprendiendo por lo que hace (o por lo que no hace): el desorden de su habitación, hacer las tareas que tiene asignadas cuando se supone que ha de hacerlo, ordenar otras zonas de la casa.... Afirma que él sabe dónde está todo en su ordenado desorden y que no puede encontrar las cosas cuando arregla su habitación. Su emotividad también suele encontrar desaprobación: si es así, recibirá el mensaje de “los niños grandes no lloran”, cuando llora y “no hagas el tonto”, cuando es feliz. Si él también necesita aquello que le han ordenado, reprimirá su yo natural y se adaptará a lo que sus padres quieren...

En el peor de los casos, el hijo Poseidón se polariza respecto a un padre o una madre excesivamente estricto, que exige obediencia, se enfurece cuando él persiste en ser como es y no está listo a tiempo, no es pulcro y no termina sus tareas. El padre o la madre ven su conducta como una insubordinación, a la que han de poner solución. Si se encuentra en esta situación, es probable que sea castigado o tratado con desprecio, también debido a su emotividad. Además de esta conducta y para causarle todavía más problemas, está su sentido de autoridad o de creerse con derecho a algo, lo cual provoca la situación de “te voy a enseñar quién manda aquí”, en la cual no puede ganar. En este sentido, el muchacho Zeus es más hábil en ocultar estos sentimientos. En este entorno, el niño Poseidón también puede aprender a guardarse las cosas y a reprimirlas, sólo para que en algún otro momento su ira se manifieste contra alguien más débil.

Un adolescente Poseidón suele ser un joven emocional, intenso, al que le afectan mucho sus cambios hormonales, que va desesperado tras mujeres jóvenes, maduras o de madurez adulta, sexualmente atractivas. Su intención es correrse la gran juerga mientras pueda, no buscar una relación estable... 

La belleza de la lógica se le escapa, le desagrada el trabajo analítico o repetitivo, odia hacer exámenes y la mayoría de los cursos le resultan aburridos. Para que le vaya bien en la escuela, necesita otros arquetipos ocupando su espíritu. A un Poseidón atlético lo podemos encontrar en las piscinas, los lagos, los mares abiertos, jugando, nadando... O también puede hallar un hueco en el mundo del teatro, en el que puede conectar con sus emociones, canalizarlas en un papel y ser apreciado.

Si no le va bien en el instituto, cuando es el momento de ingresar en la universidad o de empezar a trabajar, siente cada vez más resentimiento al ver que es excluido. Este patrón se puede repetir en otras etapas de la vida, cuando sus compañeros orientados hacia una meta empiecen a conseguir las posesiones materiales fruto de su esfuerzo y él se sienta cada vez más insatisfecho con su situación.

Un Poseidón está fuera de su elemento en las oficinas y las fábricas. Para que le vaya bien en estos lugares ha de reprimir su naturaleza emocional, desarrollar y representar el papel de otra divinidad. A pesar de que pueda llegar a adaptarse y tener éxito, siente que sólo está trabajando por un cheque, aunque haya alcanzado las más altas cumbres de poder y de prestigio. Todo por el dinero, parece decir. Si nunca ha desarrollado cierta capacidad de autocontrol de su temperamento emocional que exigen los lugares de trabajo, y tiene problemas con la autoridad, tendrá un empleo marginal y ni disfrutará trabajando, ni estará satisfecho de la vida “materialista” que le ha tocado vivir, ni nada de nada...

Las aptitudes de Poseidón a menudo están orientadas a trabajar con la naturaleza (incluyendo la humana), donde el tiempo es medido en ciclos, mareas y estaciones y no en segundos, minutos o años. Así es como aprende a confiar en sus instintos y a experimentar con las plantas, las criaturas, las corrientes, el tiempo o las personas...

La sexualidad del Poseidón comienza como una fuerza de la naturaleza ajena al discurrir tradicional del tiempo. La intensidad emocional combinada con su poderosa fuerza instintiva hacen que así sea. El toro y el caballo semental son los símbolos de esta masculinidad viril sexual indiscriminada.  

Pero lo que mejor describe cómo es alguien poseído por el espíritu arcaico de Poseidón en los sinuosos y desconcertantes caminos del amor monógamo, es su matrimonio con Anfititre.

Poseidón ve a Anfitrite bailando y se enamora de ella. No es solo el deseo sexual habitual, hay algo más. Poseidón la corteja tal y como estos dioses saben hacerlo, como los perros y otros cánidos. Termina violándola. Ella se esconde en un paraje inaccesible para él, quizá una cueva dentro de una montaña del interior. Su ausencia hunde a Poseidón en una profunda tristeza submarina. Sigue buscándola con la obstinación que solo da la desesperación. Un delfín sabe de su paradero. Poseidón le ruega que medie por él, que será un buen marido, un buen padre y un buen amante. Quizá no tenga un trabajo estupendo, quizá no tenga mucho dinero… perdóname, fui una bestia. No volverá a suceder… (algunos Poseidones añaden “te lo prometo” o “te lo juro”)... 

Si le sucede esto a un Poseidón, es decir, se hace plenamente consciente de su error, de su equivocación, evoluciona, progresa emocional y espiritualmente, cambia el arquetipo dominante y llega a casarse con una mujer que tiene este efecto en él, entonces “vivirán en un hermoso palacio submarino”, estarán juntos en los abismos emocionales más allá del tiempo y del espacio...

Sin embargo, muchos matrimonios Poseidón distan mucho de esa profundidad y belleza si el hombre no ha evolucionado, si cree que basta pedir perdón y ya está, me he disculpado, ¿no?, ya sabes que soy un bruto y que tengo un cerebro de piedra así que no puedo aprender nada nuevo, soy así y así me moriré, blablablabla... y si descarga en su esposa su resentimiento y su ira, sus pequeñas frustraciones cotidianas, su miseria y pobreza de espíritu a causa del trabajo o de no tenerlo. La falta de control emocional, los asuntos de poder y economía o de carecer de todo eso, el sentimiento de que las relaciones sexuales conyugales son un derecho, la incomunicación, todo ello contribuye a crear malas relaciones monógamas para un Poseidón. El alcoholismo y otras sendas de autodestrucción más o menos consciente se asoman a corto plazo...

También puede ser terrible como padre y esposo, generalmente en ambos roles. Sus ataques emocionales, muchas veces acompañados de violencia física sobre su esposa, también salpican a sus hijos. Sus hijos están traumatizados por la violencia de su furia, se acobardan ante él y luego lo más probable es que actúen como él cuando tengan la oportunidad. La mayoría de los hijos míticos del dios Poseidón fueron fruto de lo peor de su naturaleza. Uno de ellos era conocido como violador y se hacía referencia a él como al “sátiro del mar”; otros eran monstruos destructores o gigantes y salvajes...


EN EL TAROT


El arquetipo Poseidón puede ocupar el espíritu de un hombre extrovertido, amable, cariñoso, conectado con sus emociones, con cierta habilidad para expresarlas y gestionarlas de una forma sana, encarnándose en la figura del REY DE COPAS. Pero si ese espíritu Poseidón posee a un hombre introvertido, incapaz de gestionar apropiadamente sus emociones, un flamante CABALLERO DE ESPADAS ocupará su lugar.



Un hombre (o una mujer) CABALLERO DE ESPADAS que se deja llevar por sus fluctuantes sentimientos subjetivos, que no tiene en cuenta a nadie más ni a ninguna otra situación, es una persona centrada en sí misma, emocionalmente inadecuada y carece del sentido de la proporción. Otros le consideran emocionalmente inmaduro o inestable. Sin embargo, hemos de tener presente que las reglas sociales para una conducta masculina apropiada requieren la supresión de las emociones… ¿se imaginan al presidente de su gobierno llorando por los fallecidos por un virus pandémico?

Cuando de expresar las emociones se trata, lo que se considera “excesivo” es un criterio puramente social, político y también psicológico, y el estereotipo cultural es fuerte. Los CABALLERO DE ESPADAS pueden variar su forma de expresividad emocional hasta el punto que una o varias emociones “tomen el control”. Cuando un hombre está “poseído” por un sentimiento o sentimientos hasta ese grado tan irracional, se considera que “no está en sus cabales”. 




Siempre que las cualidades innatas de un hombre no encajan con el estereotipo de la “masculinidad”, el modelo de Zeus, su autoestima sufrirá. Los CABALLEROS DE ESPADAS son criticados por ser demasiado emocionales, blandos o muy poco racionales, y este tipo de hombre puede interiorizar las críticas de modo que, mucho después de que éstas hayan cesado, él se sigue culpando. Cuando no consigue la aprobación o triunfar con la facilidad innata de la que gozan los hombres que encajan con el ideal, su autocrítica se agrava y su autoestima queda aún más dañada. Puede que no encuentre el trabajo adecuado para él, y que entonces intente ser otra persona. Si lo consigue, esta represión le hará sentir que es un impostor o que está haciendo algo que no tiene sentido, lo cual afectará a su autoestima. Además, si alberga sentimientos de rencor o de venganza, no se sentirá bien consigo mismo, pues cuando estamos llenos de sentimientos negativos, eso afecta negativamente a nuestro propio sentido de bienestar y de dignidad.

Puede ser horrible vivir con él si es un Poseidón resentido y furioso que reacciona desproporcionadamente ante cualquier cosa que le haga estallar. Su dificultad en contener sus emociones e instintos, unida a la frustración y la rabia, pueden convertirle en un esposo o padre violento, especialmente si el alcohol le hace perder el control.

Si un Poseidón aprende de Delfín, no intentará dominar, conseguir por la fuerza o competir por un territorio que pertenece a otros y se convertirá en un REY DE COPAS. En su lugar, quizás se concentre en su afiliación con los demás. Cuando los sentimientos y las emociones son el medio natural en el que uno se desenvuelve, por así decirlo, es fácil desarrollar habilidades que ensalcen las relaciones y la comprensión empática. Además, esta clase de hombre posee un potencial innato para expresar sus emociones, aunque también ha de fomentar y desarrollar esta cualidad. Del mismo modo que las actividades mentales o artísticas requieren que se les dé una oportunidad para su desarrollo, lo mismo sucede con el talento para los sentimientos.

Cuando hay otros arquetipos activos, Poseidón generalmente pierde su poder de inundar y embargar la personalidad con las emociones. De modo que una de las principales formas de crecer es desarrollar otros dioses (y diosas). Apolo, dios del sol, Atenea, diosa de la sabiduría, y Zeus, son especialmente útiles. Las tres deidades que representan la capacidad de prever las consecuencias, de ser objetivo y de conseguir ver las cosas desde fuera. Éstas son cualidades que un Poseidón ha de desarrollar...

Solo dos cartas permiten aventurar que nuestro introvertido CABALLERO DE ESPADAS o Consultante poseído por el espíritu de Poseidón, tiene una vía de escape distinta a las drogas de diseño o al alcohol destilado. Son los ASES DE ESPADAS Y VARAS.

Sí, amigxs, solo el arte puede salvar a nuestro Caballerete de Espadas. La literatura, la dramaturgia, la poesía, la música se estremecen de placer en el AS DE ESPADAS; la performance, la pintura, la composición musical, en el AS DE VARAS. Ni el AS DE OROS, con todo lo que supone, ni mucho menos el AS DE COPAS son accesibles a un CABALLERO DE ESPADAS. La propia imposibilidad de gestionar, comprender y expresar sus emociones, les aleja del amor, concepto indescriptible e inasumible. 

Para un REY DE COPAS, por el contrario, solo un AS DE COPAS o el hecho de formalizar de alguna forma más o menos oficial algún tipo de relación monógama del AS DE OROS, puede moverlos hacia nuevas densidades emocionales. Pero no suele ser lo más común… En general, el REY DE COPAS ha encontrado ese punto de equilibrio entre la obsesión y el desapego budista extremo… Es un Poseidón extrovertido, más abierto a la experiencia pero mucho menos a cierto tipo de compromiso.

Para comprender al personaje REY DE COPAS hay que comprender que antes de sufrir una transformación, fue CABALLERO DE ESPADAS…

El CABALLERO DE ESPADAS además y siguiendo el arquetipo, cuando está en una relación mobnógama, una vez superada la etapa inicial de humedad y temperatura por encima de lo normal y de ejercicios amatorios dignos de atletas olímpicos, provocará una situación insostenible que obligará a su partenaire sentimental a abandonarle. ¿Por qué? Porque así es el arquetipo. 

Un ejemplo lo aclarará mejor. 

Consultante, mujer, edad media, etnia indeterminada, independencia económica, es decir, una CABALLERA o una REINA DE VARAS/OROS, harta de las malas formas de CABALLERO DE ESPADAS, decide sacar LA TORRE  y poner fin a esto que se está volviendo insoportable. ¿Realmente ha terminado? ¿Es un intermedio?

Si la tirada es REINA – TORRE – CABALLERO DE ESPADAS, entonces podemos estar seguros de que a) Caballerete seguirá insistiendo porque está en la propia naturaleza del arquetipo; b) Caballerete no va a cambiar por muchas promesas, frases, poemas, flores o conjuntos de lencería sexy que presente como desagravio. c) Caballerete no va a cambiar, pero sigue siendo peligroso, así que esconderse, ocultarse o no dar señales de vida es mejor que hacerlo y contestar a cualquiera de sus provocaciones, insultos, amenazas, injurias y calumnias...

Si la tirada es REINA – TORRE – REY DE COPAS, entonces seguro que a) Caballerete seguirá insistiendo, aunque de una manera más atenta y cariñosa, con cierta sinceridad en el tono, cierto tono de humildad, cierto reconocimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias y de haberse comportado como un Zeus barriobajero; b) El partenaire de REINA, sí está dispuesto a abrir su corazón y a expresar sus verdaderos sentimientos más allá de frases cliché y de versos malos de poemas o cancioncillas horrendas y c) Tratará de ponerse en contacto con la Reina, porque aún no está todo perdido. Ella es para él, su salvación. Ella es la única que, por el momento, es capaz de comprenderle, la única con la que es capaz de compartir sus propios sentimientos….


 
 

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